Miro las últimas flores, pequeñas, taciturnas
de este verano sin molinos y sin vientos,
y sólo los bordes de pequeñas piedras
marcan el camino hacia otra primavera.
de este verano sin molinos y sin vientos,
y sólo los bordes de pequeñas piedras
marcan el camino hacia otra primavera.
No sé si llegarán las golondrinas primero,
sin que antes el frío invierno deseche sueños,
pero yo sólo pienso en los libros de tus suaves poemas
cortándome la piel con sus aterciopeladas rimas.
Y tus ojos, de negro azabache y ausente luna,
buscándome encandilada a través de la ventana,
la mañana siguiente del amor enceguecido
cuando ya todos los fuegos se apagan.
No sé si llegarán las golondrinas primero,
pero estas últimas flores, pequeñas y taciturnas,
quedarán marcando las páginas mejor leídas
de nuestra historia.
No lo olvides, aquí te espero.
sin que antes el frío invierno deseche sueños,
pero yo sólo pienso en los libros de tus suaves poemas
cortándome la piel con sus aterciopeladas rimas.
Y tus ojos, de negro azabache y ausente luna,
buscándome encandilada a través de la ventana,
la mañana siguiente del amor enceguecido
cuando ya todos los fuegos se apagan.
No sé si llegarán las golondrinas primero,
pero estas últimas flores, pequeñas y taciturnas,
quedarán marcando las páginas mejor leídas
de nuestra historia.
No lo olvides, aquí te espero.
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