HOLA AMIG@

Amigo de las letras y de los sones que ellas encierran, agradezco tu presencia en esta sinfonía de palabras, que sólo enmudecen para escuchar tu silencio. El precioso silencio de quien disfruta de la lectura. Te dejo mis versos y mis cuentos, para que vayas despacio, hacia tu propio encuentro.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Cuando Llueva Tu Nombre



Cuando llueva tu nombre
sobre la fina estela del alba,
y su lluvia de colores áureos
inunde el cielo de tu mirada,
sentiré la fruta, de tus labios cuajada,
inundar mi boca,
desbordar mi alma.
Será la vida, tantas veces soñada,
que acudirá a las orillas
de mi mar en calma,
a encallar las auroras
que pintaron las nostalgias
 del ayer, cuando tu no estabas.
Y en el eco marchito de las penas,
que entonces me asolaban,
clavaré el manifiesto de amor
que conquistó tus playas.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Cuando se niegan las Palabras


Cuando se niegan las palabras
a pronunciar tu ojos,
cuando se niegan a apretar tu boca,

cuando se niegan a desnudar tu alma,
no te inquietes poeta,
ellas también descansan.
Buscan la parsimonia de los sueños
y en ellos su trama de nostalgia,
y duermen, despiertan, se acicalan,
para salir luego estrenando un poema.
No te inquietes poeta si esta noche,
noche de vela y angustias innecesarias
se te niegan las palabras,
igual escribe, sobre el ceño de tus ojos cansados,
una silenciosa metáfora,
No te olvides que las flores
son nudos de colores
que esperan en silencio
ser un día desanudadas.
 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Seguiré soñando...


Estoy aquí, parado,
en el ápice desnudo de mi montaña;
mirando el ayer vencido,
contando las flechas disparadas,
y este páramo sangrante de utopías
retorciéndose en la arena caldeada.
Aciago campo de recios batallares
donde se desnuda la tristeza
sobre los porfiados cadáveres,
de los sueños hecho trizas,
de los besos nunca dados,
del abrazo sin calor de cuerpo,
del adiós sin apretón de manos.
Fulguran las espadas, aún certeras,
buscando el aliento de la última utopía,
para rasgar de un solo tajo
la esperanza que se enrosca, cómo víbora,
en el efímero consuelo de las letanías.
A pesar de este hostil reducto de miserias
que amenaza con tragarse el saldo que me queda,
como pájaro de alas perforadas
en el fondo de la trinchera,
seguiré soñando a escondidas.