HOLA AMIG@

Amigo de las letras y de los sones que ellas encierran, agradezco tu presencia en esta sinfonía de palabras, que sólo enmudecen para escuchar tu silencio. El precioso silencio de quien disfruta de la lectura. Te dejo mis versos y mis cuentos, para que vayas despacio, hacia tu propio encuentro.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Eterno Caminante

Tengo en mis pies
el prólogo de todos los caminos,
pero de mis huellas, sólo el epílogo.
¿A dónde irán mis pasos cuando muera?

sábado, 13 de septiembre de 2014

Mudéz interior

Cuando la noche abraza los recobecos,
los silencios se atrincheran sangre adentro.
Nada hay más perturbador que el silencio
para el que no tiene nada que decirse así mismo.

Otra Vez la noche


Otra vez la noche.
La noche y yo, yo y la noche,
abrazados en ese inmutable pedazo de cosmos
donde nacimos los dos.

Vengo de ahí,
de la profunda nimiedad,
sin otro mundo que aquel mundo que perdí
en el oscuro rincón de la soledad.



martes, 9 de septiembre de 2014

MIRA...


Nada tengo y lo tengo todo.
No tengo la inteligencia de los sabios
ni la espuria envidia del tirano;
estoy vacío de realidades sorprendentes
y de paisajes apacibles en mi interior 

 pero lucho cada día por vencer mis miedos.
 No tengo afanes más que el de levantarme cada día,
para ver transcurrir el tiempo en la torre de la iglesia
donde cada paloma son su vuelo me marca una cadencia

como un péndulo sin horas que solo se entretiene 
con la monotonía de los extremos.
Sin embargo tengo lo que a otros le falta: 
Tengo la esperanza intacta,
la fe que el mañana tendrá otro nombre, más atractivo,
más audaz o talvez más prepotente o inoportuno
pero que sin dudas será distinto.
Esa es mi esperanza, porque si algo cambia cambiará también mi mundo

Y ya no habrá ladrones robándome los sueños,
y los sueños serán más reales, más parecidos a tu nombre.
A ese nombre que aprendieron a pronunciar mis labios
con la memoria inteligente del amor ciego y testarudo.
Y si tengo amor brotándome por los poros
puedo asegurarte que nada me falta.

Entonces estoy lleno de realidades sorprendentes 
y de paisajes apacibles en el fondo de mi alma,
aunque para afuera los tontos se engañen
pensando que soy un pobre infeliz deshaucido y vencido.
Aún me queda la gloria y el nombre
que me da el derecho de pertenencia.

Soy ciudadano de las utopías 
y extranjero en la desnuda crueldad de los olvidos.
No tengo nada y lo tengo todo, sólo es cuestión de paciencia.
La vida es eso, una tensa batalla entre el ser y no ser
en el inefable juego entre la rutina y la espera.
Tengo en mi memoria tu nombre, es mi norte y mi auxilio.

Me basta saber que nos amamos 
para recuperar en cada muerte el sentido de nuestras vidas
y volver a ser lo que aún no fuimos.

                                                        

lunes, 1 de septiembre de 2014

QUIETUD

Esta noche de quietud
bajo el haz difuso de la lámpara,
un libro de tapas ajadas y amarillas metáforas
me remonta y me abaja
a la poquedad de la historia.

Soy nada entre sus hojas
y mis manos trémulas apenas lo soportan,
no es el peso del papel el que me fatiga
sino lo que dice de mí,
entre líneas y al margen.
Que no conozco el amor,
sin nombrarme me reprocha,
y entre uno que otro oximorón
la elipsis me da de lleno, en el plexo,
para desparrar mi humanidad en jaque.
La lámpara rompe la quietud de la noche,
un apagón de manzanas redondas
me ha dejado sin luz y sin metáforas,
el libro de rústicas tapas
tremola en mis manos ahora en silencio.
Enmudeció el reto pero la flecha sigue ahí,
clavada en el centro mismo de la culpa,
y un terciopelo de manos enjutas
me acaricia el cuello hasta la raíz de la oreja;
son las manos de mis fantasmas ocultos.
Que los candiles de la noche se aquieten,
que no aticen los fuegos hasta el alba,
que las zaetas que se disparan detrás de cada página,
enmudezcan sus reproches,
al menos por esta noche, que no hagan sangrar mi alma.

NO TE AFLIJAS, ENTONCES

Aquel día sin ocaso,
cuando la luz inunde mis tardes
y la lluvia sea la alfombra de mis pies descalzos;
en el umbrío sueño del bosque dormitará mi nombre.

Y tú, en vana búsqueda tras mis pasos,
hurgando los huecos del silencio calmo
quieras robar una sola de mis palabras;
no encontrarás nada, porque nada será mi sombra.

No te aflijas, entonces, ni te duelas en vano,
yo anuncié el toque y dibujé los ángeles
que tocarán para mí las trompetas;
y estaremos juntos en las flores y en los pájaros.

Y ya nadie podrá retener mi vuelo,
ni siquiera el poema garabateado en el marmol,
cuando la noche inútil busque pretextos
para escribir para mí el mejor de los epitafios.

No te aflijas entonces, sólo recuerda que te amo.