HOLA AMIG@

Amigo de las letras y de los sones que ellas encierran, agradezco tu presencia en esta sinfonía de palabras, que sólo enmudecen para escuchar tu silencio. El precioso silencio de quien disfruta de la lectura. Te dejo mis versos y mis cuentos, para que vayas despacio, hacia tu propio encuentro.

jueves, 9 de junio de 2011

Hechizo

Imagen de la web

El hombre, exteriormente poco agraciado, vivía y sufría su fealdad como una oscura obsesión que lo atormentaba. Cada noche, cuando la angustia retornaba a su pecho como si se tratara de la guarida de un lobo hambriento, se paraba frente al espejo a contemplar su desventura. Un impulsivo rechazo hacia su persona, lo obligaba a exhalar aliento sobre el vidrio hasta ocultar su rostro detrás de una mancha húmeda, que dejaba correr algunas gotas semejantes a lágrimas. Cuando eso ocurría, el espejo le traspasaba el cuerpo y le reflejaba el alma, blanca como un capullo de nieve, que le latía al unísono con el corazón inflamado de ternura. Luego entraba en trance y se veía bello. Esa era la forma que quería verse siempre, sin necesidad de esforzar su mente al extremo de agotar sus energías.
Cierta noche, alimentando la porfía de sus deseos, el corazón se le envolvió en llamas y el alma se le tornó transparente. El espejo estalló en ciento de prismas que, como púlsares tornasolados, iluminaron la noche mientras acompañaban al feo en su vuelo nupcial hacia la luna. Allí lo esperaba el basilisco.

Eduardo Albarracín 

1 comentario:

  1. ¡Qué bueno está hechizo!
    Sería buenísimo contar historias con
    este título,surgirían miles.
    Todos en algún momento nos sentimos hechizados,no sólo por ser feos,sino por cosas surgidas de la vida,a cada instante y ratos.M.bueno Eduardo

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