(Imagen Nº 1 Antología de UHE)
La ley del absoluto
en prismas diminutos
ha unido las tensiones,
y en el húmedo crisol de las fusiones,
gotas de cielo se hicieron redondas.
Bajan y suben,
cantan y bailan;
y en la anchura finita de las fuentes,
mis pequeñas perlas se volvieron mares.
Porciones de luz en tan diáfanos redondeles
me obsequiaron los corceles
que montan el arcoíris;
y en alas de los vientos azules
destellan los plenilunios de primavera.
La creación, en tan diminuta figura,
me devuelve el amor a primera vista:
Quiera mi Dios que siempre exista
agua pura en la faz de la tierra,
donde pueda aletear su espíritu.
Eduardo Albarracín
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