Mis manos extrañan
tu piel mojada,
el terciopelo de la flor
y ese silencio,
que a pesar de todo no calla.
El beso que anida
en tu boca
y el vuelo sereno de tu mirada
hoy me faltan
y se extrañan.
Tal vez mañana
vuelva el río de la sangre
a golpear la roca,
o a morir en nuestras playas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario