Al despertar, se sintió angustiada. Tenía un fuerte dolor en el pecho y sus pies y sus manos bañadas en una transpiración helada. Había tenido una pesadilla horrible.
Siempre en sus pesadillas, que solían ser frecuentes, se sentía perseguida aunque al final terminaba escapando; pero esta vez la situación le había resultado por demás dramática y extenuante.
Se soñó envuelta en un atraco y toda su familia había sido masacrada y su casa vaciada por completo.
-“Quizás sea de tanto mirar la tele -se dijo- , y alargó el pensamiento: “en este país nos estamos acostumbrando a vivir de luto.
-“Una ducha fría me quitará las tensiones -pensó-, y se levantó sin encender las luces para no despertar a los chicos.
Entró al cuarto de baño y al correr la cortina de la ducha, el monstruo del sueño saltó sobre ella y le clavó el puñal en el pecho.
Lo demás, ya es historia conocida.
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