No pertenezco a este tiempo.
Soy el péndulo errante
que naufraga en cada orilla,
marcando la cadencia
de la muerte y su sosiego.
Sin embargo estoy contigo
en este ahora sin rumbo,
desangrando las brújulas
que siguen la estrella
de la noche sin destino.
Soy la piedra y el pájaro herido,
derribado el otro contra el uno
a un costado del camino.
Y me empecino en negar el tiempo,
sólo porque sé que aún no te has ido.
Será siempre eterna tu sombra
adherida a la silueta de mis días
como un marcapasos,
como una vena sustituida,
pero siempre salvándome la vida.
en este ahora sin rumbo,
desangrando las brújulas
que siguen la estrella
de la noche sin destino.
Soy la piedra y el pájaro herido,
derribado el otro contra el uno
a un costado del camino.
Y me empecino en negar el tiempo,
sólo porque sé que aún no te has ido.
Será siempre eterna tu sombra
adherida a la silueta de mis días
como un marcapasos,
como una vena sustituida,
pero siempre salvándome la vida.
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