Siento el ondear de tus caderas
elevarse en olas de agitada cresta,
y el run run del río que desborda tus venas
socavar mis orillas de adentro hacia fuera.
Soy piélago en tu bravura
y en tu calma mansa arena,
soy playa donde amaina tu locura
y en el descanso de tus pasiones,
puerto de blanca bandera.
Soy, en el tormentoso trajín de tus amores,
salto y cascada, piedra y arboleda.
Eduardo Albarracín
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