(imagen de internet)
Cuando en noches insomnes
vago mis caminos
deshilachando memorias de niño,
y en ellas encuentro tus ojos
penetrando los míos,
como alondras de luz
jugueteando en el viento,
redescubro mis rumbos
cruzando laberintos
por las puertas estrechas
del pensamiento.
Y una sutil trama de alborada y rocío
envuelve nuestro encuentro,
para traer a los sentidos
los aromas aquellos,
de cedrones y poleo,
transportándonos en el timpo.
A los sitios queridos,
tan tuyos, tan míos, tan nuestros.
Y me vienen en cascadas
los murmullos del arroyo
y poblado de pájaros el cielo,
a los que imité un día,
cómo pájaro huerfano,
dejando el páramo del nido vacío,
para volar en sombras
en busca de un destino incierto.
En esas noches, digo,
vuelvo en retazos de memoria
vuelvo en retazos de memoria
como un pájaro herido
a la memoria de tu regazo,
... y vuelvo a ser niño.
... y vuelvo a ser niño.
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