Quizá un día
no encuentres agua en mi
pozo;
será el día
en que la medida de todas
las cosas
habrá colapsado en mi
interior profundo.
Quizá yo no lo sepa,
pero tu sed me pasará
factura.
Quizá un día
no encuentres la lámpara
encendida
al costado de mi
cama;
será el día
en que todas las
estrellas
habrán bebido mi mirada.
Quizá yo no lo sepa,
pero tu ceguera me pasará
factura.
Quizá un día
cuando tu sed y mi agua,
tu ceguera y mi mirada
ya no sirvan para darnos la
razón de estar juntos;
yo muera como un ciego
sin remedio
y tu seas un oasis donde
abreve mi pobre alma.
Una paradoja, llena de amor, mi apreciado amigo poeta. Aprovecho que estoy en tu casa para desearte que pases una hermosa Navidad en familia y que el nuevo año 2015, aporte a la concreción de tus sueños y proyectos. Un cálido abrazo, Eduardo.
ResponderEliminarGracias mi estimada AMIGA. Que la alegría de estas fiestas te llenen de gozo y paz. Un abrazo cordial.
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