HOLA AMIG@

Amigo de las letras y de los sones que ellas encierran, agradezco tu presencia en esta sinfonía de palabras, que sólo enmudecen para escuchar tu silencio. El precioso silencio de quien disfruta de la lectura. Te dejo mis versos y mis cuentos, para que vayas despacio, hacia tu propio encuentro.

miércoles, 15 de junio de 2011

Perro


Un viento norte, furioso y enervante, arrastra las palomas en sinuoso derrotero, y un clamor quebradizo de hojas mustias le reclama piedad al aguacero.
El rancho de Eustaquio Pajón, peina las pajas del alero hacia adentro, y un remolino de tierra reseca golpea con violencia el adobe que añeja su destino de vivir pegado a los horcones.
Hace ya dos días que Eustaquio descansa  en el camposanto del pueblo. A la añosa soledad de su pellejo le sumará ahora la miseria de los huesos, que de a poco se irán convirtiendo en polvo para devolverle a la tierra su préstamo.
Esa es la posta final del pobre que se obstina con el silencio, y lo abraza como a un hijo que regresa después de tantos años.
Una cruz de palos retorcidos, recién labrados, señala  el sitio del entierro. Junto a ella, con las lagañas y las costillas pegadas al cuero, el noble perro espera que Eustaquio asome de ese hoyo, donde lo vio bajar apenas envuelto en su poncho raído de ausencias. Ojalá salga, quizás piense, antes que reviente el cielo en refusilos y truenos.
Ser perro no es tan malo, ahora que escasean los sentimientos. 

Eduardo Albarracín

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