Llora el árbol por la herida
y aún así florece.
Es tan sabia la vida
que de la savia hace sangre;
y la sangre es torrente
con color de arcoiris.
Los años en que demora
la encina que crece
entre las piedras y el abismo,
es el mismo tiempo que tarda
un pájaro en levantar su nido.
Es que la vida tiene varas distintas
y da a cada tiempo su justa medida.
Por eso el amor…
llora
sangra
y construye nidos
en las plazas,
aún bajo de las tormentas,
porque es otra la medida
de los sueños
de un corazón a la intemperie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario