esos miedos que liberan
por las noches fantasmas de hielo
donde quedaron adheridos
los poemas sin destino,
las cartas sin fecha
las respuestas que lastiman.
Siento el crepitar de sus llamas,
azules y rojizas,
entrelazadas en oraciones votivas
aullando un rosario inconcluso.
Y se elevan junto al sahumerio
de mis viejas raíces,
para quemar sin prisa
aquellas alas que una vez
me prestó la vida,
para que yo volase hacia lo imprevisible.
Ahora retorno del ayer
y del mañana impreciso,
para someterme otra vez
a la fragua transformadora de mis antiguos mitos.
por las noches fantasmas de hielo
donde quedaron adheridos
los poemas sin destino,
las cartas sin fecha
las respuestas que lastiman.
Siento el crepitar de sus llamas,
azules y rojizas,
entrelazadas en oraciones votivas
aullando un rosario inconcluso.
Y se elevan junto al sahumerio
de mis viejas raíces,
para quemar sin prisa
aquellas alas que una vez
me prestó la vida,
para que yo volase hacia lo imprevisible.
Ahora retorno del ayer
y del mañana impreciso,
para someterme otra vez
a la fragua transformadora de mis antiguos mitos.
Como siempre, un placer leerte, Eduardo. Abrazos.
ResponderEliminarHola poeta!!! Otra belleza de tu pluma, Eduardo. Ayer, mañana, parámetros sólo del hombre para deslindar la vida. Un abrazo bien perfumado desde mis jardines.
ResponderEliminarGracias Zumi, una belleza de poema, con musicalidad y profundidad. Quédate en el presente y sigue escribiendo bellas letras.
ResponderEliminarMi relato, tienes razón, es vivído y aún me duele.
Con ternura
Sor.Cecilia
Me gustan las palabras con dinámica como crepitar, orbitar, gravitar; le dan carácter a la narrativa.
ResponderEliminarÉste poema tiene un gusto clásico y trashumante.