Aquí estoy bajo el sol tenue del otoño,
guardando de sus rayos las hilachas
para rescatarlas cuando sea viejo
(Y me falte un poncho donde cobijar recuerdos)
Que seguramente vendrán
en tropel y sin miramientos
a rascar en las cicatrices
(que disimulen las heridas de mis huesos)
Entonces levantaré en alto
el pendón de todas las batallas,
reclamando el sol de tu presencia
(Y aullaré tu nombre como un lobo hambriento)
Aquí estoy bajo el sol tenue del otoño,
bebiendo de sus rayos un chorro
para abrigar mi alma cuando talen los silencios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario