En este minúsculo cosmos donde vibro,
donde mis sueños se encriptan en partículas
de energía pura;
una sola gota de tu vida me inunda
la existencia de ternura.
Que bello paisaje pintan tus manos
ausentes de tiempo y de espacio,
sellando con el YO SOY el epitafio
de la propia muerte ya vencida.
Me cubres, me cobijas, me anidas,
yo tan insignificante y débil criatura;
que ahora encubre con sus sueños la locura
que pugna por coronarme en este reino.
Que halago de tu premura, socorrerme presto,
cuando en la hora de andar a tientas
colmas de luz todas mis negruras,
y me regalas la hermosura de tu silencio.
Partícula, exiguo trozo de universo,
corazón de carne latiendo inhiesto
y sangre hecho río en el culebrío de las venas.
Eso soy y nada más que eso,
Misterio del cosmos, descifrado y a la vez secreto.
Eduardo Albarracin
Bello, real, cuántico, Un gusto leerte Eduardo y compartir tu pensamiento. Saludos, poeta.
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