Déjame morir un poco cada día,
no te aferres a mi vida, es pasajera;
pídeme, más bien, que te entregue
el amor que aún falta
deshojar en primavera.
Pídeme las dalias, las verbenas,
pídeme los pétalos sedosos de las petunias
y un beso de amapolas,
pero no me pidas que no muera.
Y no es que me guste dejarte, no,
sólo pienso que es imposible,
que es caprichoso de tu parte,
si tú sabes que seré una rémora
remontando el océano de tus amores…
(mientras dure la eternidad que me juraste).
No me pidas que no muera,
ahora que estoy vivo, ámame,
sólo eso es lo que yo pido: ámame,
mientras duren
en nuestro jardín las flores.
Muy buenooooo!!!!!!!!!!!!
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