Nada me falta,
lo poseo todo,
tu voz, tu encanto,
la locura de tu risa sin desparpajos
y tus ojos somnolientos
mirándome
por esa hendija de luz y desconcierto.
Nada me falta,
lo poseo todo,
tu cuerpo, tu piel de seda,
el hueco tibio
bebido en pócimas
y el aleteo de tu aliento
bullendo en la almohada.
Lo poseo todo,
nada me falta,
la aurora que me despierta,
la calma que me sosiega,
el perfume de las alas
que volatizan los sueños
y el dulzor de tus labios
rondándome despacio,
casi al acecho,
hasta descubrirme indefenso.
Devórame ahora
que no ofrezco resistencia;
ya todo lo poseo,
sólo me falta morir en tus brazos.
Nada me falta,
lo poseo todo,
tu cuerpo, tu piel de seda,
el hueco tibio
bebido en pócimas
y el aleteo de tu aliento
bullendo en la almohada.
Lo poseo todo,
nada me falta,
la aurora que me despierta,
la calma que me sosiega,
el perfume de las alas
que volatizan los sueños
y el dulzor de tus labios
rondándome despacio,
casi al acecho,
hasta descubrirme indefenso.
Devórame ahora
que no ofrezco resistencia;
ya todo lo poseo,
sólo me falta morir en tus brazos.
Pasional. . .amigo. Buenas ondas. Que estés bien poeta. Continúa deslizando tu pluma con tanta calidad. Abrazos Eduardo.
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