Es una tarde de aquellas
en que a mis sueños les gusta
hacer su suelta de palomas.
Tal vez vuelen… tal vez caigan…
tal vez regresen… tal vez se vayan.
Cómo en tantas otras veces
en que dejaron vacíos
los andenes de mi alma.
Soy puerto y soy marea
en un mismo mar sin agua
y en la vorágine oculta de mis noches
una estrella despuntando el alba.
Velero de cuatro vientos
con su brújula oxidada,
que rumbea a la deriva
como paloma sin alas.
¡Bello, como las palomas en libertad! Cuánto hace que no me visitas en mis cinco Blogs, Eduardo. Cuánto hacía que no te leía. Un gusto compañero de letras.
ResponderEliminarLas palomas...alegría y felicidad al vuelo.
ResponderEliminarVan ,recorren caminos en lo alto de los techos!
Se alejan más y aún así, continúan su
súplica ¡no nos maten ,téngan por nosotras aprecio !Son plagas.
Pero...cuantas hay en el mundo que están y nadie las oscurece con rifles y sacrificios.Ellas nos dan alegría y libertad en los sueños.