Parado en esta soledad
con los pies entumecidos
por el frío
de la escarcha matinal
miro pasar los pájaros
con las alas
pegadas al cuerpo
como astillas
de un árbol seco
enraizado en mis manos
de arcilla
de donde el hacha hace leña
No puedo pensar
son pesadas las cadenas
que ciñen mis pensamientos
a la oscura sombra
de la muerte que se esconde
en los laberintos del alba
cuando huye detrás
de la noche
y va dejando trazos
en las hondonadas
de los caminos
donde olvidé mis huellas
Cuando regresen los pájaros
con sus alas encendidas
y derritan el hielo
bajo mis plantas ateridas
quizá vaya a tu encuentro
para mitigar el frío
y liberar la palabra amor
del grillo que lo ciñe
a la piedra
de tu
corazón
herido
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