Llueve sangre
sobre los escombros
de la ciudad arrasada.
El duro invierno se empeña
en empañar de blanco
lo que los fusiles tiñen
de rojo escarlata;
en las calles, en las plazas,
dónde antes florecía la vida.
El monstruo se mordió la cola
y vomitó su furia.
Ucrania llora a sus muertos
en silencio de tumba,
para no apagar el grito
que orada sus venas
mientras se desangra por dentro.
Asesino es demasiado débil
para describir la inmundicia
de una alma sin piel de alma
que se devora a sí misma.
Siniestro escondrijo
dónde las miserias lamen
las heridas putrefactas
de su oscura vida.
El amor le es ajeno,
sólo el odio abriga sus fantasías.
Basta de guerra! El grito del mundo honesto
reclama sosiego
de las pasiones desmedidas.
Hay madres, ancianos y niños,
cuya masacre duele y lastima
a ojos vistas,
pero hay ojos que no ven
ni les importa verlo.
Son los ojos de los asesinos.
San Miguel arcángel, patrono de Kiev, proteje al pueblo de Ucrania
y al mundo entero.
Excelente descripción de la situación que vive el pueblo ucraniano y del asesino voraz.
ResponderEliminarIncreíble que viviendo enun tercer milenio DC, tenga que ser esta la inspiración actual.
Muchas gracias.
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