marcan el compás del tiempo.
Acallada nostalgia,
lánguida espera mi silencio.
Un sordo tañer de campanas
azuza las palomas del olvido,
y ese terco sopor de la fuente que brota
se me ha vuelto vahído.
Ahora te siento lejos,
siento que ya me ido.
espiral de vórtices cósmicos
mis pasos tras la ilusión perdida.
Cuando despierte el tiempo
después de la fiebre contenida,
mis palomas serán campanas
y el olvido mi frío nido.
destierro.
yo y tú, compartiendo almohada
en la dulce morada de los vivos.
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