¿Qué se puede hacer frente al desconcierto,
cuando todo parece un desierto
que extiende su nada,
negando aún su propia existencia?
¿Acaso no perturba tus horas,
ese vacío exponencial que aviva ausencias
aunque nada falte en tu vida?
Ese vacío existencial que te ahoga,
te invita, aunque con sutil fineza,
a remediar toda tu tristeza
en el fondo sublime de tu alma.
Allí reina el silencio,
camino de honda trascendencia,
que te llevará,
más allá de sus propias inclemencias,
a derrotar el perturbador momento
acaso, oscuro y aciago.
No fundes tu vida en la imaginación pasajera,
pues de la misma manera
que aparece se esfuma.
Tampoco la fundes en la inteligencia,
ese atributo que mucho anhelan
es más lo que calcula que lo que sueña,
empero no fundes tu vida sólo en sueños,
pues los sueños son sólo inveteradas quimeras.
No fundes tu vida en la razón,
pues es tan cambiante,
como cambiante son todas las razones;
funda tu vida, más bien, en tu propio corazón,
pues allí reina la verdad que se te revela.
Habla con ella y persevera,
escúchala y luego piensa,
así descubrirás que tu ego tiene conciencia
de que hay un Dios que del mal te preserva;
y cuando hayas descubierto su presencia,
verás que tu vida tiene un nuevo sentido.
Deja todo al arbitrio divino y entrégate sin temores
ya que no hay, de todos los amores,
amor más grande que el que te formó de la tierra.
No te perturbes, se tenaz y constante,
mira las estrellas que en un instante
te hacen llegar su lejano brillo,
muchas de ellas ya no existen
sólo perdura su luz surcando el universo;
sin embargo son los mejores espejos
donde habrá que mirarse:
Aún muertas, siguen adornando tanta belleza.
cuando todo parece un desierto
que extiende su nada,
negando aún su propia existencia?
¿Acaso no perturba tus horas,
ese vacío exponencial que aviva ausencias
aunque nada falte en tu vida?
Ese vacío existencial que te ahoga,
te invita, aunque con sutil fineza,
a remediar toda tu tristeza
en el fondo sublime de tu alma.
Allí reina el silencio,
camino de honda trascendencia,
que te llevará,
más allá de sus propias inclemencias,
a derrotar el perturbador momento
acaso, oscuro y aciago.
No fundes tu vida en la imaginación pasajera,
pues de la misma manera
que aparece se esfuma.
Tampoco la fundes en la inteligencia,
ese atributo que mucho anhelan
es más lo que calcula que lo que sueña,
empero no fundes tu vida sólo en sueños,
pues los sueños son sólo inveteradas quimeras.
No fundes tu vida en la razón,
pues es tan cambiante,
como cambiante son todas las razones;
funda tu vida, más bien, en tu propio corazón,
pues allí reina la verdad que se te revela.
Habla con ella y persevera,
escúchala y luego piensa,
así descubrirás que tu ego tiene conciencia
de que hay un Dios que del mal te preserva;
y cuando hayas descubierto su presencia,
verás que tu vida tiene un nuevo sentido.
Deja todo al arbitrio divino y entrégate sin temores
ya que no hay, de todos los amores,
amor más grande que el que te formó de la tierra.
No te perturbes, se tenaz y constante,
mira las estrellas que en un instante
te hacen llegar su lejano brillo,
muchas de ellas ya no existen
sólo perdura su luz surcando el universo;
sin embargo son los mejores espejos
donde habrá que mirarse:
Aún muertas, siguen adornando tanta belleza.
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