Era tan inocente que siempre creyó que había nacido de un repollo. En busca de su origen, una vez quiso llegar a las entrañas de uno, pero lo fumigaron.
Ese es el riesgo que corren los que son abandonados por sus padres; pues carecen de identidad como los gusanos.
Eduardo Albarracín
¡¡¡¡Muy bueno!!!
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