Vuelan los días.
Son bestias aladas
que devoran
franjas horarias
de este tiempo
aletargado y violento.
Se agita el animal político
que galopa en los pechos
devorando por dentro
la calma que otros vientos
llamaron a silencio
Hace un tiempo
desde la epopeya
sanmartiniana
desde el éxodo jujeño
desde el malón del desierto
La patria absorta
piensa
no piensa
busca
rehuye
descarta
se asusta
se calma
Mientras el león ruge.
Un nuevo tiempo
golpea las puertas
las bestias aladas
devoran franjas horarias
y el mundo expectante
espera
desespera
exaspera.
¿Habrá un mañana, ahora?
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