Las cosas son como tienen que ser.
No hay errores ni aciertos.
El aguijón penetra en tu ojo
porque tu mirada se interpuso
entre la abeja y su colmena.
No hay secretos como tampoco
todo lo que se ve es cierto.
La forma de la nube no es la tormenta
ni el agua que cae un río desbordado,
las cosas aparentan ser de una forma
pero te equivocas cuando las pintas.
Cuando tu andar tranquilo y silente
anida dentro tuyo duras revueltas
y gritos de victorias que no te pertenecen, la vida está cumpliendo
con su propio designio.
El destino es sólo una excusa para consolar a los perdidos del camino.
Fíjate cuando sigo el contorno
de tu boca con mí dedo índice:
no es tu boca la que me atrae
sino el beso que la contiene,
y detrás de ese figura carnosa
y ondulante hay un mundo invisible
que creo me pertenece,
pero no es cierto, estoy a la conquista
con las naves de mis sueños
ondulando en un mar revuelto
cuyas costas quedan más allá
de nuestras propias orillas.
La cuestión es el ser más que el pertenecer, más que el saber
está el hecho, más que el amor
es el corazón de quien ama.
Recuérdalo siempre:
Sólo se vive dos veces simultáneamente.
Tratando de conciliar dos mundos,
el de afuera con el de adentro,
un día nos sorprenderá la muerte
y entonces, sólo entonces,
tu y yo seremos al fin uno
en la eterna armonía de las esferas.
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