Me parece oír a lo lejos,
allá bien lejos,
esa risa tuya
descascarando el viento.
...Sacándole chispas
a las ráfagas de tu propio aliento.
Y yo adentrándome,
bien adentro,
en esa tonta manera de amarte
en silencio.
...Sacándole voces
a los estertores del tiempo.
Subo y bajo, lento,
por la columna azul de los recuerdos,
para quitarte aquel adiós que lejos,
allá bien lejos,dejé prendido a tu pelo.
allá bien lejos,dejé prendido a tu pelo.
...Sin decir lo que te dije
desde mi tonto silencio.
Poema sencillo pero bien llevado.
ResponderEliminarEn realidad el silencio muchas veces nos parece tonto,porque nos abruma sin saber que decir o que hacer.M.Bueno Eduardo.
Poema pleno, canturreado en sencillas letras que son las mejores y espontáneas de un poeta. ¡precioso! Eduardo. Esa saudade de tus palabras habla de lo que pudo ser y no fue. Amigo, deberás estar con mucho trabajo para que no escribas tan seguido. Nos pasa a todos. Te dejo una invitación en este P/D: sólo para cuando puedas. Te envío un fuerte abrazo.
ResponderEliminarP/D:
Aprovecho la oportunidad de esta visita a tu Blog para comunicarte que a partir del 19 de junio de este año, ha nacido a la Blogósfera un nuevo Blog de mi autoría: Presencias de Identidad con contenido nuevo y actualizado de algunas entradas de mi otro Blog, Viajando por el fin del mundo, referidas exclusivamente a plazas y edificios. Cuando dispongas de un tiempito, te invito a que lo conozcas. Un fuerte abrazo.