Viento del sur de gélido remolino…
olor a soledad amohosada,
adherida al silencio
de los báculos olvidados sobre las piedras.
Pastor de tristezas…
encalladas en la arena
de los desiertos trajinados
bajo el sol de los años.
Molino de vientos extraviados
que blande en sus aspas
las filosas espadas,
que cortan las carnes vivas
de los que se duelen en el olvido;
oscuros solidarios del martirio.
Maraña de sentimientos…
espesura incomprensible,
mi irremediable destino.
Te soporto y te sufro
como marca de fuego inacabable
que conmina a vivir bajo el ósculo
de la tardes amargas.
Resabios de cenizas…
volcán que se apaga y resurge
en la ardiente lava de los mal queridos.
Espesura incomprensible, irremediable destino.
Te soporto y te sufro....¡Cómo duele !!!
ResponderEliminarel destino estará marcado en cada uno o lo podremos torcer?
M bueno Eduardo
El destino es irreversible, podremos dar algunos golpes de timón, pero el puerto al que se arriba está reservado desde antes que vemos la luz del mundo.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios.